El 21 de julio se conmemoraron los 60 años de la coronación canónica de la secular imagen de la virgen de la fuente de A Franqueira. El santuario no quiso dejar pasar de ancho esta fecha. De una manera sencilla y familiar se reunieron para celebrarlo una nutrida representación de los millares de romeros que veneran esta efigie de la virgen María tan querida en nuestra diócesis.
A las 8 del serán se rezó el Rosario y se dio gracias a dios con la Eucaristía. Acompañados por el pequeño coro del santuario se cantaron, tanto en la misa cómo en la procesión, los himnos compuestos en honor de Nuestra Señora. En la homilía, el rector recorrió, a través del simbolismo de las doce estrellas que rodean la corona, doce escenas de la vida de María que hacen brillar el camino de la fe de los creyentes, pidiendo así, que la virgen acuda en nuestra ayuda para ser nosotros la corona que embellece la vida de las familias, de las parroquias y de la sociedad. Las plegarias fueron dedicadas a los diversos segmentos de la vida diocesana.
Finalizada la Eucaristía, vivida con emotividad, fue también muy emotivo ver salir en su carro procesional la imagen. Un camino largo hasta el Outeiro, donde se celebran las Pascuillas, fue acompañado por el cantar de las ruedas del carro y los himnos de la Virgen, junto a poemas y plegarias. Llegados al Outeiro rodeamos la imagen con 60 candelas, significando los sesenta años, con las retahílas propias de este santuario. Cada familia portaba las imágenes de su hogar, recibieron la bendición, uniendo la oración por nuestros familiares y la Virgen tan querida. De regreso al santuario retornó al hogar la imagen que cada romería recibe a sus hijos en tierna oración.
Cómo colofón decir que se recordó la homilía de Fray Xosé López Ortiz en el dila 21 de julio del 1963 «esta fecha tan esperada y deseada no pase, no tenga un mañana en que la podamos dejar en olvido; que nos haga siempre presente esta hermandad en la que esta mañana nos hemos congregados, para que la practiquemos todos los días de nuestra peregrinación como todos los redimidos, los hijos de Dios y de María».
