El pasado 30 de agosto falleció en Valladolid la jesuitina CARMEN LÓPEZ ARJONA, conocida en Vigo como “la monja de los gitanos”. Un grupo de amigos ha organizado para mañana viernes 6 de septiembre una agradecida misa funeral, a las 8 de la tarde en la parroquia de San Francisco Javier (Jesuitas) en la víspera de su 93 cumpleaños.
Carmen López vivía desde hace cuatro años en una residencia de religiosas en Valladolid donde falleció, habiendo vivido casi 40 años en la comunidad de Hijas de Jesús de Vigo y más de 20 en la de A Coruña.
Maestra de profesión entró en la Congregación de las “Hijas de Jesús” en el año 53, y tras varios destinos, llegó a Galicia, para ser profesora de EP en el colegio de las jesuitinas de Barreiro (Vigo). Se distinguió especialmente por su entrega total a la etnia gitana. Con su tenacidad y ternura fue capaz de conquistar a profesoras, amistades y jóvenes voluntarios para dar apoyo a menores gitanos fuera del horario escolar.
En unos locales parroquiales de la colegiata, puso en marcha en el Casco Viejo la “Escuela Puente”, que sirvió como paso previo a la escolarización regular de muchos gitanos. Carmen se encargaba también de la gestión de los DNI, de los cursos del carné de conducir, del acceso a viviendas dignas para las familias más vulnerables e incluso organizaba campamentos y actividades para menores y jóvenes buscando la comunicación y la integración.
La madre Carmen se desvivía por “sus gitanos”, como solía decir. Trabajó desde Cáritas Diocesana de Tui-Vigo, sumando así a decenas de jóvenes universitarios voluntarios, y años más tarde, desde el creado Secretariado General Gitano.
Tenía autorización del Delegado de Educación para visitar los colegios y hacer seguimiento al alumnado de etnia gitana. Con tesón logró la práctica erradicación de las chabolas en concreto la de Hispanidad y la integración en viviendas por diferentes lugares de Vigo. Para ello Carmen pisaba tanto el barro de los poblados como las moquetas de los despachos de los servicios sociales. Por todo esto el ayuntamiento de Vigo la nombró “Viguesa distinguida” en 1995 y el Secretariado gitano le otorgó en 2017, el premio “solidaridad G”, “por toda una vida de compromiso dedicada a impulsar la promoción de las personas gitanas y mejorar sus condiciones de vida«.
Los amigos que la conocieron, aseguran sin rubor que Carmen fue una de esas santas “de la puerta de al lado”, que dice el papa Francisco. Sí, ella pasó por Vigo haciendo el bien y haciéndolo muy bien. Gracias, Carmen por tu testimonio silencioso y eficaz. Descansa en la paz.