10 de diciembre de 2024

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Santa Eulalia de Mérida
10 de diciembre de 2024

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Santa Eulalia de Mérida

Caminando en esperanza

Caminando en esperanza

Mensaje con motivo de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada 2023

Como cada año, en la fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, la Iglesia celebra la Jornada de la Vida Consagrada. En la liturgia de esta fiesta,  la Iglesia conmemora el día en que Jesús fue presentado en el templo para cumplir la ley, pero sobre todo para encontrarse con el pueblo creyente. Jesús aparece en el Templo como la luz que ilumina a todas las naciones. Así lo proclama el anciano Simeón que junto con Ana acuden al templo, iluminados por el Espíritu Santo, para conocer al Señor y proclamarlo con alegría.

El Evangelio de san Lucas nos presenta a los padres de Jesús llevándolo a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «todo primogénito varón será consagrado al Señor»; y para entregar la oblación como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». En el Templo los esperaban los ancianos Simeón y Ana que habían pasado sus vidas sirviendo a Dios y esperando la liberación de Israel. Simeón, con la fuerza del Espíritu Santo, tomó al niño en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».

En el espejo de Simeón y de Ana se mira hoy toda la vida consagrada, conocedora de la transcendencia del momento presente. La espera de estos dos ancianos fue larga en el tiempo y paciente en las pruebas. Ellos conocieron la dificultad de los tiempos y el paso de los años sin horizontes halagüeños, pero tuvieron la fortaleza para caminar con esperanza y recoger con gratitud y cantar con júbilo la presencia salvadora del Mesías Redentor. En la figura de estos ancianos de Israel reconocemos el rostro de tantos consagrados y consagradas que siguen a Jesús y mantienen las esperanzas de una humanidad abierta a la salvación.

La Jornada de la Vida Consagrada es un día especial para agradecer y valorar el regalo que Dios hace a su Iglesia con la vida entregada de tantos consagrados que el Espíritu suscita y sostiene en cada lugar y en cada tiempo. La Iglesia nos invita especialmente a vivir esta jornada recogiendo y profundizando los ecos sinodales que resuenan en toda la Iglesia; por ello, nos pide celebrar la Jornada Mundial de la Vida Consagrada bajo el lema «Caminando en esperanza».

Los consagrados intentamos caminar con esperanza porque sabemos, como nos dijo Jesús, que «quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado» (Lc 10, 16). Tratamos de caminar con esperanza con las fuerzas que tenemos, aunque nos hubiera gustado hacerlo con los pulmones llenos y la garganta bien timbrada. En nuestro camino cotidiano nos encontramos con pobrezas que comienzan y terminan en la casa de los olvidados. Sabemos que nos rescata la cercanía con Cristo Jesús porque Él es el que sana las enfermedades, levanta del barro y alegra el corazón. Todos nosotros, aunque muchas veces no lo consigamos, queremos seguir la estela de Jesucristo Resucitado que pasó por este mundo haciendo el bien y curando a todos los enfermos de toda enfermedad, también a los enfermos de desesperanza.

Unidos a los hombres y mujeres del mundo queremos caminar juntos en la esperanza y ser testigos, tras las huellas del Resucitado, de una luz que ilumina el fondo de todo corazón en el que anida siempre la fuerza para volver a empezar.

Fraternalmente con todo afecto.

 

 

+ Luis Quinteiro Fiuza,

obispo de Tui-Vigo