25 de abril de 2024

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San Marcos
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La Iglesia y el trabajo decente

La Iglesia y el trabajo decente

Queridos hermanos en el Señor:

Os deseo gracia y paz.

El día 7 de este mes de octubre celebramos la Jornada Mundial por el Trabajo Decente (ITD). Por octavo año consecutivo la Iglesia reitera su compromiso a fin de defender el trabajo decente y así poder avanzar en el logro de este gran objetivo tan deseado por la sociedad mundial.

El Papa Francisco nos anima a hacer «salidas constantes cara a las periferias» y a «abrir procesos, a derribar muros y tender puentes» a fin de defender el trabajo decente y avanzar en el logro de otros muchos objetivos legítimos y tan deseados por la mayoría de la ciudadanía de todas las naciones.

La actual crisis económica que padecemos, consecuencia de la pandemia, de la guerra en Ucrania y otros numerosos motivos, han acentuado las consecuencias negativas del paro y la precariedad laboral; han aumentado la falta de seguridad en el trabajo; han provocado un aumento de los precios de los productos en general y, sobre todo, de aquellos de primera necesidad.

El Papa Francisco decía con motivo del 1º de mayo de 2020 que «toda injusticia que se comete contra un trabajador es un atropello a la dignidad humana».  De ahí el lema «Sin hombres y mujeres comprometidas, no será posible el trabajo decente».

También el Papa Benedicto XVI en la carta encíclica Caritas in veritate, que publicó el 26-6-2009, en el número 64 y siguientes apela, para que el trabajo sea decente, a la colaboración de diversas entidades. Cita a las organizaciones sindicales de trabajadores, las finanzas, los consumidores y sus asociaciones, las Naciones Unidas y la arquitectura económica internacional, la Autoridad política mundial, el progreso tecnológico, los medios de comunicación social, el desarrollo de la bioética y el alcance mundial de la cuestión social convertida radicalmente en una cuestión antropológica y como tal llamada a ser abordada.

En este marco de compromiso eclesial situamos estos días la celebración de los 50 años de las movilizaciones obreras en Galicia —Ferrol y Vigo, principalmente—, donde también la Iglesia se puso del lado de los que luchaban por un trabajo más digno en la mejora de condiciones, salarios y conciliación laboral.

Os invito a todos a defender con decisión el trabajo decente, bien común que afecta radicalmente la vida de todo trabajador y de toda la sociedad.

Os saluda afectuosamente.

+ Luis Quinteiro Fiuza,

obispo de Tui-Vigo