Acompañada por amigos y por los miembros de su congregación, la hermana Marisa Moreno, Franciscana Misionera de María, celebró sus bodas de oro, es decir, 50 años de vida consagrada —comenzó el noviciado el 2 de febrero de 1975—. El obispo de Tui-Vigo, Mons. Antonio Valín, presidió la eucaristía de acción de gracias por estas cinco décadas de fidelidad vocacional, en el templo parroquial de San Ignacio de Loyola, el martes 4 de febrero
Durante su intervención, el prelado tudense destacó la importancia de vivir con amor la entrega y servicio en los diferentes ámbitos de nuestra vida, independientemente de la vocación específica a la que cada cristiano sea llamado. Cuando Mons. Antonio Valín le pregunto a la hermana Marisa si escogería de nuevo camino de la vida consagrada en caso de volver a nacer, ella respondió afirmativamente con contundencia.
Tras la eucaristía, las comunidades parroquiales de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier en Vigo, así como el grupo de Lectio Divina de Redondela en el que colabora la hermana Marisa, la homenajearon con varios ramos de flores, para mostrar su gratitud por la generosidad y entrega de esta religiosa.
Desde el año 1919, la congregación de hermanas Franciscanas Misioneras de María está presente en la diócesis de Tui-Vigo: primero, en la ciudad tudense, donde permaneció hasta su traslado a la ciudad olívica en 1975. Están al servicio de la pastoral diocesana, parroquial, social y misionera, según las urgencias y necesidades del momento.
