El 28 de febrero, el obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro Fiuza, ha hecho público el nombramiento del sacerdote Daniel Goberna, como delegado diocesano para el Jubileo del 2025 que tendrá lugar en Roma. Comienza así la fase de preparación y animación para vivir, como Iglesia universal, este gran acontecimiento en todos los ámbitos de la diócesis de Tui-Vigo.
«Peregrinos de esperanza» es el lema que el papa Francisco ha escogido para celebrar el Jubileo del 2025 en Roma. Tal y como explica el santo padre en la carta enviada a Mons. Rino Fisichella, presidente del Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y responsable de este año jubilar, «el próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente. […] Todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna»
El Jubileo ha sido siempre un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia. Desde que Bonifacio VIII instituyó el primer Año Santo en 1300 —con cadencia de cien años, que después pasó a ser según el modelo bíblico, de cincuenta años y ulteriormente fijado en veinticinco—, el pueblo fiel de Dios ha vivido esta celebración como un don especial de gracia, caracterizado por el perdón de los pecados y, en particular, por la indulgencia, expresión plena de la misericordia de Dios. Los fieles, generalmente al final de una larga peregrinación, acceden al tesoro espiritual de la Iglesia atravesando la Puerta Santa y venerando las reliquias de los Apóstoles Pedro y Pablo conservadas en las basílicas romanas. Millones y millones de peregrinos han acudido a estos lugares santos a lo largo de los siglos, dando testimonio vivo de su fe perdurable.