El pasado domingo, de 9 a 14 horas, el pabellón del Berbés acogió la II edición del Torneo de Navidad de fútbol sala organizado por la delegación diocesana de Stella Maris, en la que participaron más de 60 personas de diferentes nacionalidades —senegaleses, indonesios, peruanos o españoles, entre otros—. El obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro, asistió para acompañar a los marineros inscritos y entregar los diferentes premios.
Mons. Luis Quinteiro expresó que, «compartir este momento, es un gesto bonito» y agradeció la participación de las personas inscritas y de los voluntarios que hicieron posible el correcto desarrollo de este torneo. De forma especial, el prelado tudense dio las gracias a las gentes del mar, porque «nos permitís entrar en vuestras vidas y nos dejáis ayudar. En estos días de Navidad, queremos estar cerca de vosotros».
El torneo dio inicio con el saque de honor a cargo del presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Carlos Botana. Durante la mañana, el grupo moañés, Argonad Band, fue el encargado de amenizar el tercer tiempo y alumnos voluntarios del colegio Jesuitinas-Miralba realizaron una encuesta entre los participantes, para que la delegación de Stella Maris pueda desarrollar, en el futuro, nuevas actividades basadas en los gustos y preferencias de las gentes del mar.
A través de esta iniciativa, la delegación de Stella Maris de Vigo busca crear un espacio de encuentro entre tripulantes y trabajadores del puerto, a través de una actividad divertida que ofrece un poco de ocio a los marineros que, estos días, están lejos de sus hogares. Tal y como explican, «el fútbol es un deporte que le gusta a todo el mundo y, sobre todo, es un deporte de equipo que permite interactuar, socializar», en otras palabras, humanizar una profesión que, en lo cotidiano, no facilita la relación humana.
Además de este torneo y de la eucaristía celebrada en la concatedral-basílica de Santa María el sábado 15 de diciembre, la delegación de Stella Maris de la diócesis de Tui-Vigo, cuyas oficinas están situadas en el edificio Portocultura, también ha opuesto en marcha la campaña «Gorros que no sólo abrigan», con la que se reparten cajas de productos navideños y gorros calcetados a mano, para dulcificar la situación de aislamiento y ausencia familiar de los marineros de la flota de altura cuyos barcos arribaron en Vigo durante las fechas festivas.