La Delegación de Misiones es, cuanto menos, un lugar peculiar lleno de lanzas, pieles de caimanes o figuras de animales exóticos, como rinocerontes, orangutanes o jirafas, entre otros muchos. En medio de toda esa selva de objetos tribales destaca la imagen de Santa Teresa de Lisieux, patrona de la Misiones.
El jueves, 1 de octubre, la Delegación de Misiones celebraba a su patrona en mitad de una semana ajetreada por la preparación del Domund, en este año marcado por el coronavirus. Pero, ¿quienes son los rostros que se esconden entre las paredes del 3ºA del número 54 de la calle Vázquez Varela?
Gonzalo Otero, natal de Arcade, compagina su labor como delegado de Misiones con las diversas responsabilidades en sus cuatro parroquias de San Xulián de Guláns, San Salvador de Cristiñade, San Salvador de Nogueira y San Lourenzo de Arnoso. En esta tarea que el obispo le encomendó hace tres años, no está solo. Con él, comparte la delegación Margarita, trabajadora de Obras Misionales Pontificias desde hace más de una década.
Cuando le preguntan por su trabajo, Margarita explica que se encarga de desarrollar tareas administrativas y telefónicas «procurando ser lo más amable posible, aunque tengo un tono de voz muy serio»; pero debajo de esa seriedad y de la mascarilla, se esconde una sonrisa siempre constante. Ella es el enlace con la delegación en Madrid de Obras Misionales Pontificias y, acostumbrada a ser “la voz” detrás del Domund, disfruta conversando con la gente, respondiendo a sus preguntas y mostrándose siempre disponible. En este sentido, a menudo escucha frases del tipo “¿es fiable donar al Domund?”; su respuesta es categórica: «sí».
El delegado de Misiones, Gonzalo Otero, entró en el Seminario Mayor con 18 años. Para él, su abuela ha tenido un papel fundamental en su camino de fe y del sacerdocio: «las abuelas son las primeras catequistas; ahora ya, las primeras misioneras», declara él. Nunca se ha ido de misiones pero, justo antes de ordenarse diácono, pudo escuchar el testimonio y la predicación, durante un retiro, del misionero diocesano, José Manuel Fernández Gándara, que le marcó especialmente.
Nos acercamos a la Delegación de Misiones para conocer un poco más cómo vivir el Domund y para saber por qué continúa siendo importante en un año marcado por la crisis del coronavirus.
Para colaborar, dos opciones:
- La oración,
por los misioneros españoles. - El sustento
económico, en la colecta dominical del 18 de octubre o a través de la web del Domund.