La diócesis de Tui-Vigo suma este nuevo curso dos nuevos aspirantes al sacerdocio que ya se incorporan a la nueva comunidad del Seminario Mayor Interdiocesano (SMI) de Galicia: Ángel Luis Abalde y Francisco Mouriño. El SMI está formado por 23 seminaristas, procedentes de las diócesis de Mondoñedo-Ferrol, Santiago de Compostela y Tui-Vigo, que son atendidos por tres formadores pertenecientes a esas diócesis
Los nuevos seminaristas son: Ángel Luis Abalde Alonso (Vigo, 1973), licenciado en Ciencias Religiosas, que trabajó durante 23 años en el sector automovilístico y que combinaba con sus estudios de Filosofía en la UNED y como catequista en la parroquia de Santa María de Castrelos. También se incorpora al SMI, Francisco Mouriño Sesar (Vigo, 1970) que durante 20 años, trabajó en el sector transportes y participó como voluntario de la delegación de la Pastoral Penitenciaria, acompañando internos en el Centro Penitenciario de A Lama y en el piso que la diócesis tiene en Vigo para atender a quienes salen de permiso y no cuentan con vinculaciones familiares en el exterior.
Habiendo estudiado ambos en el Seminario Mayor de Vigo siendo más jóvenes, después de un proceso largo de discernimiento, han decidido cada uno por su cuenta, dejar sus trabajos actuales y regresar a su formación como seminaristas para responder a la vocación al sacerdocio que, ya en el pasado, se les había manifestado. Así, se suman a la comunidad del SMI como seminaristas de Tui-Vigo, junto a los que ya estaban: Juan González y Miguel Fernandes.
El sacerdote tudense y formador del SMI, Ángel Carnicero Carrera, ha manifestado que el principal reto, ahora, es comprender la nueva realidad del SMI que «no son tres seminarios, ni tampoco un seminario que concentra a seminaristas, porque cada uno de los seminaristas forman parte de una diócesis y serán presbíteros de esas diócesis. Se trata de combinar, durante la semana, el trabajo y la idiosincrasia del nuevo centro y, el fin de semana, la pastoral y la experiencia en la diócesis propia, para que se equilibre muy bien lo interdiocesano y lo diocesano, que no son opuestos, sino complementarios».