16 de enero de 2025,
San Marcelo I

Durante el Adviento, el obispo de Tui-Vigo recuerda que «la esperanza que no defrauda nace del amor»

Durante el Adviento, el obispo de Tui-Vigo recuerda que «la esperanza que no defrauda nace del amor»
Foto: Corona de adviento

Con motivo del inicio del tiempo litúrgico del Adviento, el 1 de diciembre, el obispo de Tui-Vigo, Mons. Antonio Valín, recuerda que «la esperanza que no defrauda nace del amor» e invita a todos los feligreses de la diócesis tudense a permanecer «despiertos y en pie ante el Hijo del Hombre que viene; que nos llama a hacer renacer esa esperanza». En el ritmo frenético del día a día, el prelado invita a pararse y a disponer de un momento de oración, silencio y reflexión siguiendo las lecturas dominicales de la Palabra de Dios durante este tiempo litúrgico, para tratar de responder a la siguiente pregunta: «¿cuáles son mis esperanzas en este momento de vida? ¿Tienen algo que ver con mi fe cristiana?».

Los cristianos, explica Mons. Antonio Valín, «creemos que Dios es de fiar y que su palabra invita a creer en él, aun en el medio de las dificultades o del sufrimiento que podemos experimentar. No podemos vivir como los que no creen nada o no esperan nada. El ser humano necesita una esperanza que lo lleve más allá. Dios se sirve de las pequeñas esperanzas deseadas, e incluso a veces cumplidas, para hacernos descubrir que todo nos lleva a él y que sólo él puede colmar nuestro corazón humano».

Así, para el Pueblo de Dios, «Cristo representa el modelo de ser humano que confía y espera. Él quiere transmitirnos su verdadero poder: el de vivir confiados en el amor del Padre, para que seamos capaces de descubrir los signos de esperanza y dar razón de ella a quien la perdió». Por eso, el prelado tudense lanza la siguiente pregunta: «¿cómo puedo ser signo de esperanza para otros? ¿Qué signos descubro a mi alrededor, en la sociedad, en la Iglesia?».

Mons. Antonio Valín finaliza exhortando a todos a convertirse en este signo de esperanza «en lo concreto, en la realidad de en la que vivo, con mi gente…» y deseando que el tiempo del Adviento sea una verdadera oportunidad para encontrarse de frente con semillas de esperanza, que transformen nuestra vida.

El domingo 1 de diciembre de 2024 comenzó el nuevo año litúrgico con el inicio del Adviento. Este tiempo litúrgico, que nos llevará hasta el 24 de diciembre, es el anuncio de la venida del Salvador. El Adviento nos renueva cada año y nos introduce en la Navidad y en su Misterio. El Adviento, en los tiempos que vivimos, se hace especialmente imprescindible porque es un momento de espera y esperanza, de reflexión y de conversión, de sembrar para luego recoger buenos frutos. Una preparación a una vida nueva.