Cada año, el 13 de mayo, los sacerdotes de la diócesis de Tui-Vigo se congregan en la ciudad tudense para renovar con gozo la consagración del Seminario al Sagrado Corazón de Jesús y homenajear a aquellos presbíteros que, a lo largo del año, celebrarán sus bodas de diamante, oro y plata. En concreto, este año, fueron siete los sacerdotes homenajeados, así como el obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro, que celebra 25 años de su ordenación episcopal.
La jornada comenzó con la conferencia impartida por el sacerdote Antonio Ávila Blanco, licenciado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y doctor en Teología catequética por la Universidad Pontificia de Salamanca, que abordó diferentes propuestas de futuro para superar el desgaste y el cansancio del clero. Durante su intervención manifestó que la fraternidad es durísima, pero es el camino para madurar y crecer como personas y sacerdotes, haciendo vida y concreción las palabras de Jesús en el huerto de Getsemaní: «que todos sean uno».
Tras la conferencia, los sacerdotes tuvieron la oportunidad de ensayar el himno al Sagrado Corazón de Jesús, bajo la dirección del prefecto de Música de la catedral de Tui, Daniel Goberna. A diferencia del texto con el que se renueva la consagración al Sagrado Corazón de autoría desconocida, la letra del himno fue compuesta por el poeta y obispo Mons. Manuel Lago González, musicalizada por el maestro de capilla de la catedral de Tui, Martínez Pose, pensado para orquesta y para un coro de cinco voces. Daniel Goberna destaca que «gracias al entusiasmo, la pasión y el cariño que permanece en el corazón de muchos sacerdotes podemos seguir cantando este himno, año tras año, aunque sea con un pequeñito ensayo».
El obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro, presidió la eucaristía en el templo parroquial de san Francisco, anexo al Seminario Menor de Tui, acompañado por los siete sacerdotes homenajeados, por el profesor Ávila Blanco —que este año también celebra sus bodas de oro— y por numerosos sacerdotes diocesanos. Durante su intervención, el prelado tudense subrayó la importancia de la relación con Dios para la misión sacerdotal y expresó que «tenemos que intentar vivir nuestro sacerdocio dentro de la Iglesia, con la Iglesia y en la Iglesia, sintiéndonos además arropados por ella, porque en la Iglesia uno nunca está solo». Mons. Luis Quinteiro finalizó dando gracias a Dios «por haber aprendido con vosotros, porque me he sentido muy hermano, muy querido. Hoy estoy feliz, porque pertenezco a la Iglesia que es mi madre y mi camino».
Desde el templo, sacerdotes y fieles procesionaron con la forma eucarística hasta el claustro del Seminario, donde renovaron la consagración ante la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, como vienen haciendo desde hace más de un siglo. Allí, ante esa imagen, los sacerdotes, jóvenes y mayores, unen sus voces para entonar el himno compuesto por Mons. Lago.
La jornada finalizó con una comida de confraternización en la que se entrega un pequeño obsequio en reconocimiento por la fidelidad y perseverancia a esos sacerdotes que celebran sus bodas de diamante —Antonio Estévez, Jesús G. Villadóniga, José Luis R. Grande y Julio Montero—, oro —Ángel Marzoa, al que también se sumó el profesor y sacerdote Antonio Ávila— y plata —Francisco José Cabaleiro y Manuel Lage—. En esta ocasión, se sumó al homenaje el obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro, por sus 25 años de episcopado.
Testimonios de algunos de los sacerdotes homenajeados
Entrevista al obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro, 25 aniversario de ordenación episcopal
Entrevista a Francisco José Cabaleiro, bodas de plata, y Julio Montero, bodas de diamante
Entrevista a Ángel Marzoa, bodas de oro
