El Obispo de la diócesis de Tui-Vigo, ha dirigido una carta a la opinión pública con motivo de las celebraciones del cincuentenario de la erección de Cáritas diocesana, “esta institución tan querida y apreciada en nuestra Iglesia y en nuestra sociedad El lema escogido “50 años caminando con los pobres”, resume en pocas palabras la acción desarrollada por todas las personas que, de una manera u otra, han hecho posible mitigar el sufrimiento y la desesperación de muchas personas a lo largo de todos estos años”.
“Es pues un tiempo de gracia, de gracias, prosigue Mons. Quinteiro Fiuza. De gracias a Dios, de gracias a todas las personas e instituciones que han “sido” Cáritas en este tiempo. Pero también es tiempo de mirar al futuro, porque la vida sigue, sin olvidarnos del pasado”.
A continuación, don Luis se entretiene en su Carta, en desgranar de manera sencilla y clara las aportación de los últimos papas a la Doctrina Social de la Iglesia para hacer frente a las necesidades sociales que reclamó cada momento histórico. Y concluye: “Todo este devenir que hemos visto evolucionar a través de las sucesivas pautas marcadas por los Papas,alimenta la acción caritativa y social de la Iglesia y nutre la acción de Cáritas. La caridad, en pleno siglo XXI, nos llama a superar la beneficencia, el asistencialismo. Si la persona es el centro y la entendemos en su dimensión integral, la caridad y el desarrollo no se limitan a ofrecer a los pobres respuestas de primera asistencia: comida, ropa, medicamentos u otras necesidades materiales; su objetivo primordial es dignificarla, procurarle autonomía y promover su plena realización e integración en la sociedad. La acción de Cáritas debe contribuir también al desarrollo social, relacional, político, cultural y también ético y espiritual, como recuerda el Papa Francisco, de las personas con las que trabaja”. “Este es el camino a seguir en el presente y en los años venideros. Por ello, en este cincuenta aniversario de Cáritas Diocesana, os invito a “ser parte” de Cáritas como hasta ahora lo habéis venido haciendo. A las puertas de la Navidad, en la que celebramos el nacimiento de Jesús, el Señor nos invita a acogerle en el hermano: «Tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era extranjero y me acogisteis; estaba desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y vinisteis a verme».
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