Durante la eucaristía celebrada el miércoles 21 de agosto en el templo catedralicio, el deán José Diéguez Dieppa, acompañado por el sacerdote diocesano Benito Rodríguez, recibió donada por el obispo de Córdoba una partícula de hueso procedente de las reliquias de san Juan de Ávila, doctor de la Iglesia y patrón del clero español.
El sacerdote comisionado y director del Secretariado para las Causas de los Santos de la diócesis de Córdoba, Miguel Varona Villar, entregó esta reliquia que cuenta con la certificación de autenticidad expedida por el obispo cordobés Mons. Demetrio Fernández González y que, desde ahora, podrá ser venerada en la capilla de las Reliquias del templo tudense. Además, la Residencia Sacerdotal de Nuestra Señora de A Guía cuenta también con otro fragmento, más pequeño, que fue recibido por el sacerdote Jesús Casás Otero, miembro de la Junta de Gobierno de la Residencia Sacerdotal y encargado del oratorio.
El sacerdote Miguel Varona escribió en el libro de visitas de la catedral que «una reliquia del doctor de la Iglesia san Juan de Ávila une a las diócesis de Tui-Vigo y de Córdoba, en el camino de la santidad que toda la Iglesia está llamada a recorrer; como ya hizo san Pelayo, mártir, que es el patrón del Seminario cordobés y uno de los muchos frutos de santidad que Tui-Vigo ofreció, y sigue ofreciendo, al mundo». Ambas diócesis están unidas gracias a san Pelayo, natural de localidad pontevedresas de Albeos, en Crecente, que, durante la época musulmana, fue martirizado en Córdoba.
Durante el día anterior a la entrega de la reliquia, un grupo de 40 sacerdotes ordenados en la última década, procedentes de la diócesis cordobesa y acompañados por su obispo Mons, Demetrio Fernández viajaron desde el santuario luso de Fátima hasta la parroquia de Albeos, donde participaron en un rato de adoración eucarística y realizaron el rezo de Vísperas.
Desde el pasado mes de junio y hasta el 26 de junio del próximo 2025, la diócesis de Córdoba celebra un Año Jubilar dedicado a san Pelayo, siendo los seminarios Mayor y Menor y la parroquia de San Pelagio Mártir, templos jubilares en los que obtener la indulgencia plenaria.