19 de marzo de 2024

,

San José
19 de marzo de 2024

,

San José

“La Iglesia, aunque perseguida, incomprendida y pecadora, no se cansa se acoger”: las palabras del Papa en la audiencia de este miércoles

“La Iglesia, aunque perseguida, incomprendida y pecadora, no se cansa se acoger”: las palabras del Papa en la audiencia de este miércoles

Durante la Audiencia General de este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa Francisco ha concluido el ciclo de catequesis sobre los Hechos de los Apóstoles reflexionando sobre la última etapa misionera de san Pablo, en la que tras una travesía llena de peligros y sufrimientos, llega a Roma y experimenta la acogida de la comunidad cristiana y el consuelo del Señor. “Este es también”, afirmó el Santo Padre, “el viaje del Evangelio, que desde Jerusalén llega a Roma, de donde se extenderá al mundo entero”.

Como explicó el Papa, fue en la ciudad eterna donde san Pablo, aun siendo prisionero, pudo “recibir libremente a todos los que venían a encontrarlo, a los cuales anunciaba el Reino de Dios e instruía en el conocimiento de Cristo Jesús. Entre ellos había también algunos judíos, a quienes trataba de mostrar, a partir de la Ley y los Profetas, la continuidad entre la «esperanza de Israel» y la novedad de Cristo, en quien Dios cumplió sus promesas al Pueblo elegido”.

El Pontífice invitó así a todos los peregrinos presentes a leer este libro bíblico, que “no se cierra con el martirio de Pablo, sino con la siembra abundante de la Palabra de Dios. La casa romana del Apóstol, abierta a todos los que buscaban y querían recibir el anuncio y conocer a Jesús, es imagen de la Iglesia, que no obstante perseguida, incomprendida, pecadora y encadenada, no se cansa de acoger con corazón de madre a todo hombre y mujer, para anunciarles el amor del Padre que se hizo visible en Jesús”.

En su saludo a los peregrinos de lengua española, el Papa Francisco invitó a pedir “al Espíritu Santo que estimule en todos nosotros la llamada a ser evangelizadores valientes y decididos para que, como san Pablo, vivamos la alegría del Evangelio y convirtamos nuestros hogares en cenáculos de fraternidad abiertos a todos los hermanos”.

Facebook
Twitter
Email
WhatsApp