El Templo Votivo del Mar en Panxón acogió, el pasado sábado 12 de julio, la tradicional Ofrenda del Mar a la virgen del Carmen, patrona de los marineros, que, en esta ocasión, realizó José Antonio Prendes, vicepresidente de la Asociación Española de Titulados Náuticos Pesqueros (AETINAPE), en representación de la marina mercante, pues cada año este homenaje de fe y devoción a la Virgen del Carmen recae en una de las cuatro marinas: la armada, la mercante, la flota pesquera y la deportiva. La celebración estuvo presidida por el obispo y administrador apostólico de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro Fiuza.
Ante la icónica imagen de la virgen del Carmen de Panxón, las gentes del mar se reunieron «para celebrar todos juntos la expresión más sincera, simbólica, espiritual y comprometida de la gente del mar», expresó José Antonio Prendes, al inicio de la ofrenda, subrayando que «los pescados, que acompañados por los panes ayudaron a crear el milagro de la multiplicación y la abundancia, son nuestro sustento como trabajadores del mar, y lo que da sentido a nuestras economías, que es lo mismo que decir a nuestras vidas». La salud, la integridad física, la humanización del trabajo en el mar, la protección para las tripulaciones y para las familias que permanecen en tierra fueron algunas de las peticiones que Prendes solicitó a la patrona de los marineros, expresando que «también nos gusta pedirle abundancia y suerte en los duros días de faena a la Virgen milagrosa y protectora. No queremos que ser marinero signifique ser pobre. El marinero debe ser rico, tanto en lo material como en lo espiritual».
Mons. Luis Quinteiro respondía a esta ofrenda realizada por el vicepresidente de Aetinape, expresando que «sin duda ninguna, este pueblo nuestro tiene una dimensión marinera que es consustancial. Aquí, no solamente hemos tenido grandes marinos y patrones, sino que hemos tenido grandes evangelizadores, hombres y mujeres que se preocuparon por la dignidad y la vida cotidiana de las gentes del mar». Así, el prelado insistió en que «la diócesis de Tui-Vigo ha sido un motor renovador de la conciencia marinera en España» y exhortó a los asistentes a mantener «con gran ilusión esta ofrenda del mar que representa, con gran profundidad, lo que el alma marinera es».
Este homenaje de las gentes del mar finalizó con un momento de adoración eucarística, seguido de la bendición de los mares con el Santísimo sacramento desde la puerta del templo; una bendición para proteger a todas esas personas que viven del mar, así como a sus familia que sufren la soledad y ausencia que provoca al arduo trabajo en el sector marítimo.