En la tarde del día 26 de diciembre, a la misma hora que hace 50 años, el templo parroquial de La Soledad en O Castro de Vigo, acogerá una eucaristía de acción de gracias conmemorando el cincuentenario del inicio de sus actividades pastorales. El obispo de la diócesis, Luis Quinteiro Fiuza, presidirá la concelebración a la que, dadas las restricciones sanitarias, solo podrá acudir un reducidísimo número de fieles invitados. A continuación, a las 19 horas del mismo día, el párroco presidirá otra celebración, también con el aforo limitado al tercio de la capacidad del templo.
Además de estas eucaristías, encomendando con gratitud a los pioneros de la parroquia, las numerosas actividades previstas se han reducido a la proyección de varios vídeos sobre la historia de la parroquia en la Biblioteca “Eijo Garay , sita bajo el templo, así como a la exposición de una artística maqueta del templo, elaborada con poliespán y minuciosamente realizada por Ramón González González. También se exhibirá el retrato al óleo de Eijo Garay, propiedad de la catedral tudense, y que la parroquia mandó restaurar, como muestra de gratitud a quien donó a la diócesis tanto el que ahora es templo de La Soledad como su Casa Rectoral. La circunstancial restauración del cuadro, que se encontraba muy deteriorado, supuso además el hallazgo de su verdadera autoría, porque resulta ser obra del afamado pintor ponteareano, Antonio Medal Carrera. La sencilla exposición y proyecciones estarán visitables diariamente de 18 a 20 horas en los días laborables y después de las misas en los festivos.
Además de las actividades habituales en cualquier parroquia, como son las catequesis, las celebraciones sacramentales y la atención caritativa a los más necesitados, esta parroquia promueve singularmente la formación teológica y cultural a través de los conocidos “Coloquios en La Soledad”, la convivencia y la amistad a través de excursiones, romerías y viajes, así como los conciertos musicales o visita a exposiciones y museos.
Un templo singular
El territorio de la Parroquia de La Soledad se sitúa en el Castro y sus alrededores, en el territorio comprendido entre la bajada de Plaza de España hacia la avenida de Hispanidad y volviendo por esa calle y asumiéndola vuelve por Marqués de Alcedo y Manuel Olivié a la Plaza de España. Tiene aproximadamente unos 14.000 habitantes y su párroco actual es desde hace 25 años Alberto Cuevas Fernández. El templo parroquial se construyó entre 1957 y 1963, por iniciativa de su propietario el prelado vigués, Mons. D. Leopoldo Eijo Garay, que entonces era Obispo de Madrid-Alcalá y “Patriarca de las Indias Occidentales”. Es obra de su amigo el arquitecto Antonio Cominges. Como Mons. Eijo Garay murió en 1963 sin haberse inaugurado el templo, que él ya había donado a la diócesis, se dedicaría al culto al ser convertido en iglesia parroquial desde el 26 de diciembre de 1970.
Obras de Vicente Rodilla reunidas
A esa época del arranque como Parroquia (1970) pertenecen las esculturas de la Virgen de La Soledad y las estaciones del Vía Crucis, obras del famoso artista valenciano Vicente Rodilla Zanón. También son suyas las del Baptisterio y los 12 Apóstoles, que no estaban ni en esta iglesia ni así dispuestas, y se colocaron en la última remodelación del presbiterio, en el año 2004, bajo las directrices del arquitecto Francisco Castro Nieto.
Un retablo de estos tiempos
No pocos han destacado el atrevimiento de cambiar el estilo de “panteón funerario” que antes presentaba el templo en su interior y se haya hecho de él “una iglesia moderna, sencilla y acogedora”. También se alaba el que el moderno retablo haya sido realizado con materiales de nuestro tiempo – hierro, luces y cristal– para representar la decimoquinta estación del Vía Crucis y el séptimo dolor de la Virgen: “María al pie de la Cruz aguarda la Resurrección”. De este modo “el retablo” se convierte en colofón de las estaciones del Vía Crucis, y del doloroso Vía Matris de la Virgen. Junto con la pila bautismal destaca el Sagrario mosaico al más puro estilo bizantino, obra del excelente mosaista dominico P. Juan Bernardo García.
Las Vidrieras: seis dolores y dos amores
La luminosidad del templo se debe a la 10 devotas vidrieras fabricadas por la empresa viguesa “La Belga” y recogen seis de “los siete dolores de la Virgen” más los “dos amores” de Mons. Eijo Garay”: el Cristo de la Victoria y la Asunción de María, patrona de esta ciudad. En otras dos vidrieras aparecen S. Pío X, el Papa que le nombró Obispo y el escudo episcopal del “señor Patriarca”, como cariñosamente se llamaba en Vigo a Mons. Eijo Garay.