La parroquia de Santa Lucía de Vigo honró a su patrona, mártir del siglo IV, con una eucaristía solemne, armonizada por el coro Donas Canticum y presidida por el obispo de Tui-Vigo, Mons. Antonio Valín, quien subrayó que «cuando uno reza ante la imagen de santa Lucía, está proclamando su fe en Jesucristo; sus ganas de identificarse con él como lo hizo Lucía». Además de esta celebración presidida por el prelado, hubo misas a lo largo de todo el día.
En medio de una sociedad marcada por el miedo y por los trágicos titulares publicados por los medios de comunicación, el prelado tudense destacó que los cristianos «tenemos que hacer, siempre, una lectura de la realidad y del mundo desde la fe. Es verdad que la fe no nos quita los problemas, pero nos da una esperanza para vivir, no hundidos en la miseria, sino confiados en Dios como hizo santa Lucía y, como ella, tantos hombres y mujeres a lo largo de la historia».
Tras la eucaristía solemne, dio comienzo la procesión con la imagen de la patrona, que recorrió las calles aledañas al templo. Durante su itinerario, la comitiva efectuó una parada en el bajo, donde, inicialmente en 1970 y de forma provisional, la parroquia celebraba el culto antes de la finalización de la obra del actual templo parroquial. Allí, Mons. Antonio Valín realizó una breve oración antes de proseguir con su recorrido de regreso a la iglesia.
El pasado 4 de diciembre, la parroquia de Santa Lucía de Vigo comenzó la preparación para festejar la fiesta de su patrona con el rezo diario de la novena. Además, el sábado 7, durante la misa armonizada por el Coro Rociero de Vigo, realizó la imposición de medallas a las Damas de Santa Lucía.
Tal y como recuerda la parroquia viguesa de Santa Lucía, la devoción a su patrona permanece activa durante todo el año, ya que el 13 de cada mes se celebra una misa en honor a esta mártir del siglo IV: a las 18:00 horas, de lunes a sábado, y a las 12:00 horas, en caso de ser domingo.