19 de abril de 2024

,

San León IX
19 de abril de 2024

,

San León IX

Libro-homenaje a D. Celso, de los compañeros de la UVigo

Libro-homenaje a D. Celso, de los compañeros de la UVigo
Foto: Compañeros de promoción de D. Celso reunidos en Salamanca 25 años después de graduarse (Salamanca, 1991)

Artículo escrito con motivo del segundo aniversario del fallecimiento de D. Celso Rodríguez

«Postremum munus» (el último regalo) es el título del libro publicado por la Universidad de Vigo como homenaje póstumo a D. Celso Rodríguez Fernández, sacerdote, canónigo penitenciario de la catedral de Tui, prelado de honor de Su Santidad y catedrático de filología latina en la Facultade de Filoloxía e Tradución de la Universidad de Vigo.

D. Celso también estuvo algún tiempo encargado de la parroquia de San Bartolomé de Rebordanes, como acredita la partida de defunción de D. Emilio Tarque que dice: “D. Celso Rodríguez Fernández, cura ecónomo de San Bartolomé, mandé dar sepultura al cadáver de [D. Emilio], profesor del Seminario y abad párroco de esta, que falleció repentinamente el día de ayer [6 de agosto de 1958]. Tenía 54 años; natural de Tui y vecino de esta, hijo de José Tarque Torres y Da. Carolina Estévez García” (Libro VII de Difuntos, folio 37v).

El libro-homenaje a D. Celso es una miscelánea de veintisiete trabajos con los que los estudiosos, colegas y amigos, le rinden un sentido homenaje al cumplirse el segundo aniversario de su muerte, ocurrida el 19 de junio de 2021, a los 88 años de edad.

En el epílogo de la contraportada de la publicación se lee: «Postremum munus: el último regalo… Hemos rescatado de Cátulo (Carmina CI, 3) la expresión que dedica a su hermano, fallecido lejos de Roma, en el Asia Menor, para titular estos estudios reunidos en memoria de Celso Rodríguez Fernández, catedrático de filología latina que fue en la Facultade de Filoloxía e Tradución, compañero desaparecido del que solo tolerancia, sonrisa y bondades podemos recordar, que sirvió generosamente a la facultad y la universidad que tanto amaba. Bajo la diversidad de enfoques late en muchos trabajos, junto al recuerdo de la persona, la sensibilidad para lo religioso y para la lengua latina, verdaderamente patria espiritual de don Celso, a cuya conservación contribuyó con eficacia. Nunc […] haec […] accipe fraterno multum manantia fletu, / atque in perpetuum, frater, ave atque vale (Ahora acepta estas ofrendas empapadas en muchas lágrimas de tu hermano, y hasta la eternidad te saludo y despido, hermano)».

Tres relevantes profesores coordinaron la edición del volumen de 458 páginas. Los cito por el orden que aparecen en la solapa del libro: Helena Cortés Gabaudan (Salamanca, 1962), profesora titular de Filología alemana en la Universidad de Vigo, miembro de la Academia de la Lengua y Literatura alemanas. Francisco José Ledo Lemos, doctor en la especialidad de Lingüística Indoeuropea, profesor de latín en dicha Universidad, muy unido a D. Celso en la docencia de filología latina. Fernando Romo Feito (Madrid, 1950), prestigioso cervantista. Estos tres profesores, in solidum, hacen la presentación de la obra miscelánea en la que indican que la iniciativa partió del decano de la Facultad de Filología y Traducción José Montero Reguera, catedrático de literatura española, apoyada mayoritariamente.

La tapa o cubierta del libro está ilustrada con el “Signo rodado” de Alfonso X el Sabio que confirma, a petición de D. Fernando Arias, obispo de Tui, el privilegio de la división de la diócesis (dado en Sevilla, 5 de agosto de 1279). [Pergamino 1/11 del Archivo Capitular de la catedral de Tui, ].

Don Francisco José Ledo Lemos, admirable humanista y entrañable amigo de don Celso, el Día del Libro (domingo 23 de abril) me entregó dos ejemplares del libro-homenaje después de la misa de 12 en la Virgen del Camino. Tras los correspondientes saludos y mi expresión de gratitud, Ledo se sentó al armonio, y a su mujer María Jesús y a mí nos obsequió con un par de piezas musicales.

De la página 13 a la 29 del libro, el profesor Ledo ofrece una “Semblanza” ecuánime e intachable del homenajeado que titula en latín: “Commentariolum de vita et moribus magistri Celsi”. Para este “Diario” de una persona tan original y excelsa (Celsus en latín significa excelso, elevado, noble)  el biógrafo ha indagado en los archivos familiares y en el archivo de la catedral de Tui, además ha recabado información de los amigos y de los colaboradores más cercanos. El resultado es una auténtica “radiografía biográfica” de don Celso.

Por razón de espacio no puedo comentar los 27 trabajos del libro que están ordenados en dos partes según la periodización histórica: “Edad Antigua” y “Edad Moderna y Contemporánea”. El primer periodo comprende 12 artículos, lo inicia el profesor Antonio Alberte González con la historiografía del obispo Pelayo de Oviedo (+1153) adjetivado como “falsario”. En segundo lugar, el insigne maestro Xesús Alonso Montero dedica su estudio a la “Repercusión do Beatus Ille de Horacio na poesía galega entre 1868 e 1936”. El quinto artículo es de Eva María Castro Caridad, titulado “Huellas del compilador del Códice Calixtino. Dos ejemplos”. José Manuel Díaz de Bustamante, muy unido a don Celso en diversas publicaciones, polemiza en su colaboración sobre el sacerdocio común y el ministerial basándose en la obra del humanista Luis Marliano, obispo de Tui entre 1523 y 1525, “In Martinum Lutherium oratio paraenetica”. Ángel Manuel Tabares Goldar, sacerdote colaborador asiduo de don Celso en la JUM (Juventud Unida en Marcha), asociación fundada por homenajeado para el apostolado con jóvenes, analiza “La mujer bíblica a la luz de las cuatro vías de interpretación escriturística”.

La segunda parte de la publicación —“Edad Moderna y Contemporánea”— empieza con el artículo 13 escrito por la profesora Carmen Becerra Suárez sobre la vertiente religiosa en algunas obras de Torrente Ballester que inicia con esta dedicatoria: “Recordando a don Celso, a quien siempre estaré agradecida”.

El profesor Fernando Romo Feito profundiza en “Algunas reflexiones sobre el arte de la traducción literaria”. Empieza así su trabajo fascinante: “Será lo primero para quien esté dispuesto a seguirme en estas líneas la evocación de don Celso, entrañable personaje del que nadie podrá recordar sino favores y servicios y no solo personales, sino a la institución universitaria. Fue decano en unos tiempos de intervenciones frecuentemente desabridas sino violentas, cuando lo que más fácilmente se podía sacar era algún dolor de cabeza. En un momento dado, se dirigió a la Junta de Facultad en un latín perfecto. Entonces me di cuenta de que, además de ser un santo varón, don Celso sabía latín y en el sentido fuerte de ‘saber’ (p. 419).

Añade el insigne maestro Fernando Romo: “También recuerdo que, en una de las muchas ocasiones en que nos vimos para preparar el texto [de las obras de Giambattista Vico], me dijo que la tarea del traductor consistía en decir todo lo que dice el original y nada más que lo que dice. Casi nada”.

El trabajo número 27, último del libro misceláneo, es del investigador Eduardo José Varela Bravo bajo el título “Newman y Blanco White, dos trayectorias religiosas divergentes, una misma coherencia personal”. Refiero las últimas palabras con las que el doctor Varela remata su exposición sobre las coincidencias y discrepancias de los dos personajes estudiados: “Esta última conclusión general podría haber sido de especial agrado para Celso, quien, de leer este trabajo, es probable que se hubiera visto alentado a hacer alguna apostilla final sobre la amistad, el contraste de pareceres, la creencia religiosa, la coherencia personal y, en resumidas cuentas, sobre la verdad” (p.458). Así concluye la segunda parte “Edad Moderna y Contemporánea” y finaliza el libro. 

Avelino Bouzón Gallego

Canónigo archivero de la Catedral de Tui y párroco de San Bartolomeu de Rebordáns

Facebook
Twitter
Email
WhatsApp