Ante la presente situación, debido a las medidas restrictivas impuestas por las autoridades para evitar el contagio y luchar así para conseguir la erradicación de esta pandemia, se hace difícil la celebración sacramental de la Penitencia.
¿Cómo pedir perdón al Señor por nuestros pecados? Más allá de las situaciones en que el Derecho de la Iglesia permite la absolución general o la Confesión en el caso de peligro de muerte, nos referimos a la practica de la Penitencia y la necesidad de prepararnos convenientemente para celebrar los días centrales de nuestra fe: el Santo Tríduo Pascual de la Pasión, Sepultura y Resurrección del Señor.
El pasado 20 de marzo, la Penitenciaría Apostólica publicaba una nota recordando como obtener el perdón de los pecados en caso de no poderse confesar: «Cuando el fiel se encuentre en la dolorosa imposibilidad de recibir la absolución sacramental, debe recordarse que la contrición perfecta, procedente del amor del Dios amado sobre todas las cosas, expresada por una sincera petición de perdón (la que el penitente pueda expresar en ese momento) y acompañada del voto de confesarse, es decir, del firme propósito de recurrir cuanto antes a la confesión sacramental, obtiene el perdón de los pecados, incluso mortales”.
Entre los actos de contrición perfecta destaca la celebración de la Palabra de Dios. Por ello presentamos un esquema de liturgia penitencial no sacramental para vivir en Familia esta dimensión de la Penitencia, tan importante para la vida cristiana (este esquema se puede adaptar a las diversas circunstancias familiares e individuales).