Los acordes de Abre mis puertas del grupo de música católico Ain Karem anunciaron el inicio de la celebración eucarística que el obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro, presidió para celebrar la Jornada Mundial de la Vida Consagrada que la Iglesia celebró el pasado martes, 2 de febrero, coincidiendo con la fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo. La música inundó el Corazón de María —situado en la calle Honduras de Vigo— pero en el templo no había ni rastro del coro.
Un centenar de personas, muchos de ellos religiosos y religiosas de vida consagrada, se reunieron para festejar su día grande en una convocatoria que quiere revalorizar el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca. A través del canal de YouTube de la parroquia, una treintena de pantallas visualizaban la misa en directo, probablemente, los miembros de las comunidades que, por edad o por aforo, no pudieron asistir presencialmente al acto.
El obispo, Luis Quinteiro, agradeció la labor realizada por las diferentes comunidades de vida consagrada presentes en la Diócesis de Tui-Vigo que se han convertido en un pilar fundamental para el desarrollo de la actividad pastoral y caritativa. En este sentido, el pastor de la Iglesia pidió, al hilo de la lectura de la primera carta a los Corintios, que «los consagrados y consagradas continúen manteniéndose como ese espejo de vida nueva que nos transmiten una parábola de fraternidad» encarnando las palabras proclamadas de San Pablo «¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!».
Actualmente, la Diócesis de Tui-Vigo cuenta con cincuenta y seis comunidades de vida consagrada —vida contemplativa, activa y apostólica, más dos institutos seculares— con presencia en ocho parroquias de la ciudad de Vigo, dieciséis centros educativos y nueve centros de acogida social. En total, tal y como explicaba el delegado diocesano para la Vida Consagrada, Alfredo García, en el programa de COPE El espejo de Tui-Vigo, el pasado viernes 29 de enero, estas cincuenta y seis comunidades suman trescientos sesenta y siete consagrados —doscientos ochenta y ocho mujeres y setenta y nueve varones—.
En la eucaristía estuvieron especialmente presentes los consagrados y consagradas fallecidas en el último año a causa de la pandemia del covid-19: hermano José María Núñez Lamas, salesiano; sor Marina Vázquez Fernández, clarisa de Tui; hermana María Jesús Núñez, de las franciscanas hospitalarias de Tui; y doña Conchita Lacruz Cuervo, de la Alianza de Jesús por María. También se hizo mención especial a esas congregaciones que este año están de especial celebración: la Orden de Predicadores (Dominicos) por el octavo centenario de la muerte su fundador, Domingo de Guzmán; las hermanas jesuitinas de la Compañía de Jesús por el 150 aniversario de su fundación; y las franciscanas del Divino Pastor por el 25 aniversario de la beatificación de su fundadora, Ana María Mogas.