La inminente amenaza de una nueva borrasca en Galicia, nombrada Hortense por la Agencia Estatal de Meteorología, no impidió que anglicanos, ortodoxos, evangélicos y católicos se juntasen bajo el mismo techo en el templo parroquial de los hermanos capuchinos, María Madre del Buen Pastor, para rezar por la unidad de los cristianos el pasado jueves, 21 de enero.
Cinco minutos antes del inicio del acto, los participantes, cerca de medio centenar, ocupaban los asientos marcados con una cinta blanca para mantener, en todo momento, las medidas de seguridad estipuladas por las autoridades sanitarias para combatir la propagación de la pandemia, que el padre Faustino, delegado diocesano de Ecumenismo y Relaciones Interconfesionales, se afanaba por recordar desde el ambón situado a la izquierda del altar.
La música comenzó a sonar y los representantes iniciaron su procesión hacia el presbiterio: Davide Junqueras, pastor evangélico; Francisco Javier Alonso, reverendo anglicano; y Luis Quinteiro, obispo católico de Tui-Vigo. En la cita, se percibió la ausencia del padre Dámaso Couto, pastor ortodoxo, a quien, tal y como explicó el padre Faustino, las restricciones de movilidad le obligaron a permanecer en su residencia.
El reverendo anglicano, Francisco Javier Alonso, hizo hincapié en la necesidad de mirar a través de los ojos de Jesús, capaz de superar las diferencias materiales de cada confesión, para encontrar una Iglesia en Él. Tras la intervención, la asamblea pidió por el crecimiento personal hacia una vida más plena.
Con el repicar de la lluvia de fondo, el padre Faustino rememoró la peste que asoló Alejandría en el siglo III, durante la cual los cristianos reconfortaron a enfermos y a moribundos, un gesto que provocó la conversión de muchos paganos. Con este relato, invitó a los congregados a salir al encuentro de las personas durante esta época de pandemia, como las primeras comunidades en Alejandría.
Citando a San Pablo en su carta a los Efesios, el pastor evangélico, Davide Junqueras, recordó que la unidad es creada por el Espíritu Santo, por eso a los hombres les toca conservarla evitando que los diferentes nombres diluyan el denominador común: Jesús.
Luis Quinteiro, obispo católico de Tui-Vigo, agradeció la presencia de los representantes de las otras confesiones y, teniendo presente que la unidad es el llamado que debe seguir la Iglesia, expresó su preocupación ante una sociedad que parece olvidar que Jesús vino al mundo de una manera muy concreta para transformar la historia y anunciar la Salvación.
El acto terminó dejando la iglesia en silencio. En el exterior, Hortense saludó con una tregua a los participantes que, de reojo, buscaban su reloj atentos a no incumplir el toque de queda.