El pasado 21 de marzo, el obispo Luis Quinteiro instituyó acólitos a Ramiro Álvarez y Jose Emilio Veiga en la Concatedral-Basílica.
Acompañados de algunos familiares y amigos, José Emilio Veiga y Ramiro Álvarez acudieron a la Concatedral-Basílica de Santa María para celebrar su institución como acólitos en un fecha marcada por el Día del Seminario y la solemnidad de san José, patrón de los seminaristas y seminarios.
Durante la eucaristía dominical, el obispo Luis Quinteiro agradeció la entrega de estos dos jóvenes que están a punto de finalizar sus estudios en el Seminario Mayor San José. También recordó a los presentes que «el tiempo que nos toca vivir pide de nosotros decisiones que nos arranquen de la ambigüedad, de la indecisión, del ir tirando. Necesitamos que la transparencia de vida sostenga la imprescindible credibilidad que se pide al testigo y, al mismo tiempo, estamos necesitados de hogares que acojan nuestra fragilidad. Para caminar en medio de la noche, como hizo san José, es necesario tener claro que somos caminantes con destino. La fortaleza que se le pide al apóstol tiene que templarse a diario en los talleres de la oración y de la obediencia».
Con estas palabras, Mons. Quinteiro manifestó la necesidad de crear verdaderos hogares como el de Nazaret en la Diócesis de Tui-Vigo, exhortando a los párrocos a convertir las parroquias en lugares a los que «puedan acudir nuestros niños y adolescentes a los que vosotros, como San José, acojáis como padres llenos de amor para educarlos en la escuela del Evangelio».
Ahora que ya han sido instituidos acólitos, José Emilio y Ramiro se preparan para el diaconado, paso previo al orden sacerdotal, con este llamado de el pastor de la Iglesia diocesana de abrir espacios en la vida eclesial en los que crezcan verdaderos hogares de Nazaret.