El lunes 12 de abril se celebra, con las restricciones que impone la pandemia, la fiesta del glorioso San Telmo, famoso dominico que nació en Frómista (Palencia) el año 1196 y murió en la ciudad de Tui el lunes de la “Domínica in Albis” (ahora “Fiesta de la Divina Misericordia”) en 1246. Fue enterrado a la entrada de la catedral tudense, en el trascoro, por el obispo Don Lucas; en 1529 el prelado Diego de Avellaneda trasladó sus restos a la capilla del Santo Cristo de la Agonía y posteriormente, en 1579, Diego de Torquemada (no se confunda con Tomás de Torquemada, confesor de la reina Isabel la Católica y primer inquisidor general de Castilla y Aragón en el siglo XV), construyó la capilla de San Telmo dentro de la catedral de Tui, donde se conservan actualmente sus veneradas reliquias.
Una parte de esas reliquias del patrón de Tui fue entregada por el cabildo de la catedral a fray Rosendo Salvado Rotea para ser veneradas en la ciudad de Nueva Nursia, fundada por el monje de San Benito en Australia.
El intrépido misionero hizo tres visitas a su ciudad natal. La primera en septiembre de 1852, a los seis años de pisar tierra australiana en el puerto de Fremanthe (Perth). Volvió a su inolvidable lugar de cuna en agosto de 1867; todavía hizo una tercera visita a Tui, en el verano de 1884, año en el que el “Concello” acordó dedicarle la calle donde se encuentra su casa matriz (“rúa Bispo Salvado”, núm. 7).
Según recogen las crónicas de la época, la visita a Tui en 1852 del ilustrísimo fray Rosendo Salvado y Rotea, monje de San Benito, obispo de Puerto Victoria y misionero apostólico en Australia, constituyó una de las muchas satisfacciones que tuvo el prelado García Casarrubios, quien llevado de su ardiente celo por la Diócesis tudense había fundado el Seminario Conciliar bajo la advocación de San Francisco de Asís en el mismo edificio que antes de la desamortización de 1835 acogiera el convento franciscano de San Antonio. Proveyó dicho Seminario de catedráticos ilustrados para que la juventud recibiese una acreditada instrucción, y lo inauguró el 1 de octubre de 1850 con 40 colegiales y con la posibilidad de admitir hasta 60 jóvenes, prestando de este modo un inapreciable servicio a la diócesis y a la ciudad tudense. También cabe destacar en su pontificado la ordenación episcopal en la catedral del que sería su sucesor, don Telmo Maceira Pazos, natural de Tui y nombrado para la sede de Mondoñedo el 9 de enero de 1853.
El obispo Salvado en la mañana del 9 de septiembre de 1852, antes de embarcarse en el puerto de Vigo rumbo a Londres, celebró misa privada en el altar privilegiado del glorioso San Telmo, patrono de esta ciudad y de su obispado, también patrono de los navegantes, y pidió que se concediese una de sus reliquias, cuya demanda se atendió según las formalidades de costumbre. Entre los más preciados tesoros que del padre Salvado conservan en Australia occidental, y concretamente en Nueva Nursia, hay que señalar el sagrado trofeo del patrono de Tui.
Otro de los tesoros históricos que el padre Salvado dejó en Nueva Nursia lo forman sus diarios, escritos entre 1844 hasta su muerte en diciembre de 1900, de los que han sido traducidos y difundidos algunos fragmentos, pero el manuscrito en su totalidad permanece inédito.
Los diarias autógrafos de fray Rosendo contienen transcripciones de la música aborigen, realizadas por el propio obispo, relatos de sus repetidos viajes a Europa para conseguir nuevas levas de jóvenes misioneros y medios económicos, la descripción de los proyectos sobre la construcción de la ciudad por él fundada, cuestiones relacionadas con la agricultura, así como detalles íntimos de su vida personal y hasta una breve historia de la ciudad de Tui en la que, indudablemente, ocuparán algunas páginas la destacada y entrañable figura de su patrono San Telmo.
Avelino Bouzón Gallego
Canónigo archivero de la Catedral de Tui y párroco de San Bartolomeu de Rebordáns