La delegación de Migraciones de la diócesis de Tui-Vigo ha puesto en marcha un «ropero migrante» en la parroquia de Santo Tomé de Freixeiro, para dar respuesta a la falta de recursos y acompañar a las personas migrantes que llegan al territorio diocesano y no pueden acceder a recursos de primera necesidad —en muchos casos, por dificultades para empadronarse—: prendas de ropa y calzado, alimentos o productos infantiles, como pañales, leche en polvo o, incluso, carritos de bebé.
Durante las tardes de los jueves, ocho voluntarios y voluntarias de la delegación —en su mayoría migrantes— ofrecen su tiempo para ayudar a otras personas que, en estos momentos, están atravesando una situación similar a la que ellos pasaron a su llegada a España. El boca a boca y las nuevas tecnologías son el canal a través del cual la comunidad de migrantes de Vigo está dando a conocer esta iniciativa, en la que ya han atendido a 30 familias, desde mediados del pasado mes de octubre.
Yuli Quintos y su familia es una de estas beneficiarias. El pasado 27 de septiembre, llegó a España procedente de Perú, junto a su marido y su hijo recién nacido a finales de octubre. «Una compatriota nos ha acogido en su piso hasta que podamos regularizar nuestra situación», explica Yuli. Descubrió el ropero migrante gracias al grupo de WhatsApp «Peruanos en Galicia», donde se publicó la información de esta iniciativa parroquial. A partir de ahí, Yuli contacta con los voluntarios para recibir ayuda: «estoy muy agradecida. Las personas que nos han atendido son muy amables y nos han tratado con mucho cariño. Se les nota el deseo de querer ayudar. Nos han dado bastantes cositas, incluso un cochecito para mi bebé».
La diócesis de Tui-Vigo busca promocionar la solidaridad y la justicia social, ayudando a personas con dificultades o en situación de vulnerabilidad, a través de sus 276 parroquias, de las comunidades religiosas presentes en el territorio diocesano, de Cáritas Diocesana y de otras asociaciones íntimamente relacionadas con la Iglesia.