19 de abril de 2024

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San León IX
19 de abril de 2024

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San León IX

Sacerdotes con el corazón vuelto a Cristo, para dar fruto abundante

Sacerdotes con el corazón vuelto a Cristo, para dar fruto abundante
Foto: El obispo de Tui-Vigo y el cardenal-obispo emérito de Fátima-Leiría, junto a los trece sacerdotes homenajeados

El 10 de mayo, coincidiendo con la fiesta de san Juan de Ávila, patrón del clero español, los sacerdotes de la diócesis de Tui-Vigo se congregaron en la ciudad de Tui para renovar con gozo la consagración del Seminario al Sagrado Corazón de Jesús y homenajear a aquellos presbíteros que, a lo largo del año, celebrarán sus bodas de diamante, oro y plata. Cada año, ambas citas transcurren el 13 de mayo —rememorando aquella primera consagración que se produjo en el año 1921—, pero, en esta ocasión, al caer en sábado fue trasladada al miércoles 10, para facilitar la asistencia de todo el presbiterio diocesano.

El cardenal y obispo emérito de Fátima-Leiria, António Augusto dos Santos Marto, fue el encargado de inaugurar esta jornada festiva con una conferencia sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y su vinculación con el ministerio sacerdotal, especialmente, durante el pontificado del papa Francisco. Durante su intervención, destacó la importancia de recuperar el sentido carismático del sacerdote, «porque el presbítero no es un simple funcionario de Dios o de la Iglesia; ni un prestador de servicios religiosos; ni un simple ejecutor de organigramas y de programas eclesiales; ni tampoco un señor con un estatuto social privilegiado. Es más bien un hombre interiormente libre, que se siente llamado por Dios a testimoniar y desempeñar su ministerio sacerdotal y su misión en conformidad con las exigencias más profundas de su alma y su deseo de servir a Cristo y al pueblo de Dios». Así, trató de ofrecer algunas claves para convertirse en un sacerdote con el corazón vuelto hacia Dios y hacia el pueblo de Dios, para ello recordó que «un sacerdote está ungido para el pueblo, no para sus propios proyectos, para estar con las personas concretar que, por medio de la Iglesia, Dios le ha encomendado» y, siguiendo el ejemplo de Cristo, el sacerdote «está dispuesto a ensuciarse las manos por todos, porque el buen pastor no conoce los guantes».

Tras la conferencia, los sacerdotes tuvieron la oportunidad de ensayar el himno al Sagrado Corazón de Jesús, bajo la dirección del prefecto de Música de la catedral de Tui, Daniel Goberna. A diferencia del texto con el que se renueva la consagración al Sagrado Corazón de autoría desconocida, la letra del himno fue compuesta por el poeta y obispo Mons. Manuel Lago González, musicalizada por el maestro de capilla de la catedral de Tui, Martínez Pose, pensado para orquesta y para un coro de cinco voces. Daniel Goberna destaca que «gracias al entusiasmo, la pasión y el cariño que permanece en el corazón de muchos sacerdotes podemos seguir cantando este himno, año tras año, aunque sea con un pequeñito ensayo».

El obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro, presidió la eucaristía en el templo parroquial de san Francisco, anexo al Seminario Menor de Tui, acompañado por los trece sacerdotes homenajeados, por el cardenal portugués y por numerosos sacerdotes diocesanos. Durante su intervención, el prelado tudense manifestó que «hoy es un día muy importante para nosotros, porque recogemos la semilla de quienes nos precedieron. En esta celebración, resuenan en nuestra vida tantos, y tantos momentos de nuestros antepasados. Hoy, al repetir esta consagración, le decimos al Señor “vamos a construir juntos, vamos a edificar juntos”, porque nuestro presbiterio es el árbol que el Señor ha puesto en nuestras diócesis para traer fruto abundante».

Desde la iglesia, sacerdotes y fieles procesionaron con la forma eucarística hasta el claustro del Seminario, donde renovaron la consagración ante la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, como vienen haciendo desde hace más de un siglo. Allí, ante esa imagen, los sacerdotes, jóvenes y mayores, unen sus voces para entonar el himno compuesto por Mons. Lago.

La jornada finalizó con una comida de confraternización en la que se entrega un pequeño obsequio a todos los sacerdotes homenajeados en sus bodas de diamante —Jesús Barros, Manuel Suárez, Andrés Cano y Manuel Vega—, oro — José Álvarez, Guillermo Mandado, Ángel Soliño, Manuel Salcidos, Juan Luis Martínez, Eduardo Blanco y Eduardo Gutiérrez Marín— y plata — José Juan Sobrino y José Antonio García—.

Renovación de la consagración del Seminario al Sagrado Corazón de Jesús y bodas sacerdotales de diamante, oro y plata

Algunos testimonios

El rector del Seminario Menor de Tui, Antonio Menduiña, acoge en su “casa” esta cita que define como «un momento de orgullo, muy especial, sobre todo, para quienes lo vivimos desde seminaristas porque fuimos creciendo con esta celebración. Ciertamente, ves rostros que hacía tiempo que no veías y es un momento de encuentro y diálogo para profundizar en la idea de diócesis, para amar un poco más a la Iglesia».

José Emilio Veiga se ordenó el 17 de julio de 2022. Aunque ha participado en esta consagración desde Seminarista, lo hace ahora, por primeva vez, como sacerdote: «es una alegría poder juntarnos y ver que somos un presbiterio unido que encuentra en nuestros mayores un ejemplo de constancia y amor de Dios, para seguir el camino sacerdotal».

«50 años se dice muy pronto y, cuando uno empieza a ser sacerdote quedan muy lejos», explica Manuel Salcidos, actual párroco de santa María de Baiona, que el 29 de junio celebrará sus bodas de oro: «es una celebración que la esperamos todos, porque la vivimos desde siempre, pero nunca me imaginé el día de hoy para mí. Ya cuando llegaron los 25, ya fue un acontecimiento y, ahora, con ganas de llegar a las de diamante».

El 27 de julio, Juan Luis Martínez, vicario general y párroco de Nuestra Señora de Fátima en Vigo, también celebrará sus 50 años como sacerdote, cifra que «exige un motivo de agradecimiento y de alegría interior. Han sido muchas las gracias recibidas de Dios, junto con el cariño de los fieles que nos acogen y colaboran con nosotros. Todo es motivo de acción de gracias».

José Juan Sobrino, párroco en Vincios, Chandebrito y Camos, resume sus 25 años de ministerio sacerdotal como «unos 25 años de inmensa felicidad porque, a pesar de los resbalones, el Señor siempre estuvo ahí y me ha compensado con creces». Aunque todavía faltan dos meses para su aniversario sacerdotal —el 19 de julio recibió el sacramento del Orden—, ha vivido esta celebración «con mucha emoción. Es un día muy bonito a nivel humano, sacerdotal, fraternal y espiritual».

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