Entre las acciones del Plan Pastoral para este nuevo curso se encuentra la creación del servicio diocesano del catecumenado que «sin detraer la importancia que la comunidad cristiana inmediata, la parroquia, tiene en el proceso de iniciación cristiana, se ponga a su servicio ofreciendo ayudas, materiales, itinerarios y orientaciones; incluso, si fuese necesario, organizando en el ámbito diocesano un espacio de acogida y formación de los catecumenados». La gran pregunta que uno se puede plantear en estos momentos de la historia es, ¿necesita la Iglesia recuperar el catecumenado de adultos, práctica habitual de las primeras comunidades cristianas, que se ha diluido con el paso del tiempo?
Sara Suárez, a sus más de 30 años, ha sentido interés por la fe desde que era niña, a pesar de no haber recibido los sacramentos de iniciación cristiana. El pasado 13 de noviembre, ese interés, transformado más tarde en deseo y vocación, la condujo a entrar a la «nueva vida» por medio del agua y del Espíritu, después de meses de preparación en la parroquia de Santa Mariña de Cabral. La celebración en la que recibió los tres sacramentos de incitación cristiana estuvo presidida por el obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro Fiuza.
Procedente de una familia numerosa de cuatro hermanos, pero «mixta» —su madre católica y su padre testigo de Jehová—, ha sido educada para decidir por ella misma la fe que quería profesar. Estudió en el colegio católico Amor de Dios, donde recibió una educación católica, mientras que en casa su padre le leía los libros de los Testigos, aunque «nunca me llevó al templo de los Testigos», ni tampoco asistía a la eucaristía con su madre más allá de las grandes celebraciones como el Domingo de Ramos.
Su intención de recibir el Bautismo «no es una cuestión que decida de la noche a la mañana, sino que es algo que ya llevo procesando, meditando, durante mucho tiempo. Sí que es verdad que me ha sido un poquito más complicado, porque ya llevo 10 años intentando bautizarme». Durante ese tiempo recorrió diversas iglesias en donde «me decían que tenía que hacer los tres sacramentos juntos por la fe adulta. Al principio, me costó aceptar que tenía que ser todo junto porque yo quería ir de manera más progresiva: primero el bautismo y después el resto de sacramentos».
Después de haber llamado a varias puertas, se reencontró de manera casual con Avelino Rodríguez, párroco de Santa Mariña de Cabral y profesor de Religión de Sara durante su paso por el IES Ricardo Mella. Tras comentar su caso una vez más, Avelino «me lo puso tan sencillo» que, cuando citó a Sara nuevamente, ella no se lo pensó dos veces y acudió al encuentro. Desde entonces, ha estado formándose en Teología con su catequista, con la que «me he sentido muy a gusto, muy acogida» y agradecida.
El 13 de noviembre, Sara Suárez acudió al templo parroquial de Santa Mariña de Cabral para formar parte de la Iglesia, con nervios, pero también con el deseo de «sentirme en comunión con Dios; de haber logrado, por fin, pertenecer a Dios de la manera que él quiere. Estoy haciendo algo que llevo muchos años queriendo hacer». Durante esta celebración, estuvo acompañada por toda la comunidad parroquial de Cabral —familias, catequistas, niños y jóvenes que se preparan para recibir la Primera Comunión y la Confirmación—, pero también por amigos y familiares que, desde el primer momento, la han acompañado en este proceso de acercarse a la fe católica.
El obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro, quien presidió la eucaristía, manifestó que «Dios fortalece a la Iglesia con tu llegada, Sara. Es una ayuda, una gracia de Dios para todos nosotros. Por eso, queremos vivirla con alegría y con gozo, no porque queramos presumir de ti, sino porque realmente tú eres una gracia muy importante, para ti, para esta comunidad de Cabral y para todos los que caminamos en el camino del Señor. Por tanto, damos gracias a Dios por tu vocación cristiana; queremos acompañarte y queremos seguir abriendo caminos de esperanza contigo, en esta espera silenciosa, pero confiada y firme del Señor».
Frases de Sara Suárez
No es una cuestión que decida de la noche a la mañana, sino que es algo que ya llevo procesando, meditando, durante mucho tiempo.
Me costó aceptar que tenía que ser todo junto porque yo quería ir de manera más progresiva
Estoy haciendo algo que llevo muchos años queriendo hacer
Cuando uno tiene amor por algo, en este caso, amor por Dios y quiere estar en comunión con Dios, porque lo siente como una necesidad, entonces no hay barreras, no hay vergüenzas, ni miedo
Dios fortalece a la Iglesia con tu llegada, Sara. Es una ayuda, una gracia de Dios para todos nosotros. Por eso, queremos vivirla con alegría y con gozo
Mons. Luis Quinteiro
Ahora, como hija de Dios, cuándo le preguntan qué le pide a la Iglesia, Sara responde con determinación: «la verdad es que no le pido nada en sí, porque mi padre siempre me ha dicho que hay más felicidad en dar que en recibir y en servir que en ser servido. Entonces, de primeras, hago algo, pero no “a cambio de”. Ahora bien, como institución, le seguiría pidiendo que mantuviera la fe y la esperanza de nuestros corazones, porque la vida sin fe ni esperanza, no es vida». En este sentido, Sara expresa que «la manera más efectiva de conseguirlo es siendo un poco más flexible; no hablo de transgredir normas, sino de transmitir el calor personal, el que te entiendan, que te acojan, que no sea todo tan burocrático. Yo con el tiempo tuve que entender que hay unas normas, que cuando entras en la casa de Dios —como cualquiera que entra en casa de alguien—, tienes unas normas. Yo tuve que aprender a aceptar que esas normas eran hacer los tres sacramentos a la vez. Por eso, si tuviera que pedirle algo a la Iglesia sería eso: un poquito más de cercanía, de aceptación, de ser más flexible, de ponerlo un poquito más fácil».
«Lo que mueve el mundo y lo que promueve Dios y Jesucristo, es el amor», comenta Sara al hablar de otras personas que puedan estar en su misma situación. A ellos les recuerda que «cuando uno tiene amor por algo, en este caso, amor por Dios y quiere estar en comunión con Dios, porque lo siente como una necesidad, entonces no hay barreras, no hay vergüenzas, ni miedo. Si realmente lo tienen en el corazón y lo sienten, que no duden, que lo hagan porque nunca es tarde».
Escucha la entrevista a Sara Suárez en el programa El espejo de Tui-Vigo, emitida el viernes 11 de noviembre.
La entrevista comienza en el minuto 5:18.