26 de abril de 2024

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San Isidoro
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San Isidoro

«No me planteo buscarme otra cosa, porque la calidad de vida y el estar cómodo en el trabajo es fundamental»

«No me planteo buscarme otra cosa, porque la calidad de vida y el estar cómodo en el trabajo es fundamental»

María José González o Majo, como a ella le gusta que le llamen, ha sido profesora del Seminario Menor desde hace once años. Comenzó cubriendo una baja y después le ofrecieron quedarse. Desde 2019, además de profesora de Latín, Cultura Clásica, Religión y Oratoria, también es la secretaria.

Pero más allá de eso, Majo está casada y tiene seis hijos. Cuando le preguntan cómo ha llegado hasta allí, se le dibuja una sonrisa en los labios: «siempre he tenido amigos y conocidos vinculados al Seminario. Mi padre estudió aquí y le tengo mucho cariño porque siempre nos habló del Seminario como algo muy especial».

 

¿Qué significa para ti ser profesora en el Seminario Menor?

Una oportunidad de transmitir valores, de conocer gente, de estar cerca de los chicos. Con los compañeros también se ha creado una relación estupenda que nos abre una vía de trabajo, de vida, de relaciones humanas importantes.

 

¿Qué dirías que es lo mejor de ser profesora en el seminario?

La cercanía con los alumnos. Ser un grupo reducido te ayuda muchísimo a trabajar en algunos aspectos en los que, a lo mejor, si fueras un centro grande, no podrías.

¿Cuál es la mayor dificultad?

A veces llegan algunos casos que se nos escapan. Algunos se van, y creo que aquí les podríamos haber ayudado si hubiésemos podido llegar a ellos.

¿Soléis reíros mucho?

¡Claro! Es una relación muy familiar, muy estrecha. En este sentido, te cuentan lo que les pasó ayer, si tienen novia o no, si están enfadados con alguien, si salen…

 

¿Cómo se encaja que los alumnos te cuenten cosas personales de su vida?

Yo trató de utilizar las horas de tutoría o, después de muchas horas seguidas de clase, dar cinco minutos de relax. El temario se sigue porque lo primero es lo primero, y eso ellos lo saben perfectamente.

 

¿Cómo habéis vivido el confinamiento provocado por el coronavirus?

Ha sido duro… muy duro. No poder saber lo que siente cada alumno en cada momento es súper difícil. Tú te planteas unas tareas y unas clases, pero luego, aunque tengas una llamada o un skype, no hablas directamente con el alumno. No le ves la cara, no sabes cómo está. Trabajamos muchísimo y no creo que haya sido productivo para ellos.

¿Ellos respondieron bien?

Sí, de hecho hubo alumnos que trabajaron más de lo que trabajaban aquí. A muchos les vino bien porque les servía de actividad para no estar pensando en el confinamiento.

 

Si hubiese un nuevo confinamiento, ¿creéis que estáis preparados para afrontarlo? 

Sí. Ahora estamos implementando una plataforma para poder retransmitir las clases. Así que, si uno es riguroso y tiene sus clases preparadas, estaremos más organizados y no será tan lioso para los profesores. También ayudará a que tengan una educación más dinámica.

 

Si tuvieses que buscar una palabra para definir tu experiencia en el seminario, ¿cuál sería?

Compañerismo.

Yo estoy encantada. Mis hijos me dicen «prepárate unas oposiciones» pero, ¿dónde voy a estar mejor que en el Seminario? Si se acaba mi vida aquí, me jubilo y punto. No me planteo buscarme otra cosa, aunque me ofrezcan menos horas, porque la calidad de vida y el estar cómodo en el trabajo es fundamental.

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