4 de noviembre de 2024

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San Carlos Borromeo
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San Carlos Borromeo

¿Verdad o mentira? No te creas todo lo que dicen

¿Verdad o mentira? No te creas todo lo que dicen

La Iglesia no se libra de la corriente de las fake news y a menudo sufre el descrédito de comunicaciones falsas e interesadas. Con el objetivo de aportar luz y certezas entre tanta confusión, recogemos aquí seis de los mitos que circulan sobre la financiación de la Iglesia y explicamos por qué no se ajustan a la realidad.

La Iglesia tiene una asignación anual en los Presupuestos Generales del Estado — FALSO

El Estado español y la Santa Sede firmaron en diciembre de 2006 una modificación en el sistema de asignación tributaria que en­tró en vigor al año siguiente. Desde ese momento, la Iglesia no tiene ninguna asignación en los Presupuestos Generales del Estado. Son los ciudadanos los que libremente pueden decidir que el 0,7 % de sus impuestos se destine al sostenimiento de la la­bor de la Iglesia. Las campañas Xtantos, asociadas a esa modifi­cación, nos animan a marcar la casilla de la Iglesia y nos infor­man del sistema de asignación tributaria. Por ejemplo, nos re­cuerdan que se puede marcar la casilla de la Iglesia, la de otros fi­nes sociales, las dos al mismo tiempo o ninguna de ellas, y ello de forma totalmente gratuita. Además, Xtantos da a conocer la inmensa labor de la Iglesia, que contribuye a crear una sociedad mejor.

La Iglesia se sostiene con los impuestos de los españoles — FALSO

La Iglesia se autofinancia. El di­nero que recibe, y que dedica a desarrollar toda su labor, tiene distintos orígenes:

  1. aportacio­nes directas de los fieles, ya sea por medio de colectas o de donativos y suscripciones;
  2. he­rencias y legados;  
  3. y la asigna­ción tributaria.

La cantidad que se recibe del porcentaje de los impuestos de los contribuyen­tes que marcan libremente la casilla de la Iglesia se reparte a través del Fondo Común Inter­diocesano en función de las ne­cesidades de cada diócesis. Este dinero es distribuido solidaria­mente, de forma que las dióce­sis que están en provincias con rentas altas ayudan a sostener a las diócesis de la España despo­blada y, por tanto, con menor capacidad para su sostenimien­to. El dinero procedente de la ‘X’ supone una media del 22 % de la financiación de las dióce­sis, aunque puede alcanzar el 75 % en el caso de los territorios con menos recursos. ­

La Iglesia tiene un régimen fiscal especial y no paga IVA — FALSO

La Iglesia no tiene ningún régi­men fiscal especial, único o dis­tinto del de otras entidades. Es­tá sujeta a la Ley de Mecenazgo del año 2002, exactamente igual que todas las ONG e institucio­nes, asociaciones o fundaciones del sector no lucrativo. Y paga el IVA que le corresponde desde 2006, cuando quedó eliminada la exención que estaba vigente hasta esa fecha.

Cada vez menos españoles marcan la casilla de la Iglesia en su declaración de la renta — FALSO

Desde que se estableció el nue­vo sistema de asignación tribu­taria a partir de 2007, el número de contribuyentes que marcan la casilla de la Iglesia y que re­conocen su labor ha ido aumen­tando año tras año. En concre­to, en la campaña de la renta de 2022, correspondiente al IRPF de 2021, el número absoluto de personas que marcaron la casi­lla de la Iglesia aumentó en 84.201 declaraciones. Con este aumento, el número de perso­nas que manifiestan su confian­za en la labor de la Iglesia a la hora de hacer la declaración de la renta ha superado la barrera de los 8,5 millones de personas.

La Iglesia es una «gran inmobiliaria» que hace negocio con los bienes de interés cultural (BIC) — FALSO

Las distintas instituciones de la Iglesia son titulares de más de tres mil bienes inmuebles decla­rados de interés cultural (BIC). La Iglesia administra, cuida y po­ne a disposición de toda la socie­dad estos bienes, que cumplen una función religiosa y, en mu­chos casos, también una función cultural. En su inmensa mayoría, dichos bienes generan importan­tes costes de mantenimiento y conservación para la Iglesia, que asume al entender que forma parte de su misión. La inmensa mayoría de esos bienes tienen naturaleza no enajenable, con lo que la posibilidad que algunos apuntan de hacer negocio es inexistente. Son muy pocos los bienes «económicamente renta­bles» para la Iglesia. Sin embar­go, como acreditó un informe de la auditora KPGM, la puesta a disposición de la sociedad de di­chos bienes reporta a la econo­mía nacional más de 22.000 mi­llones de euros al año. Pero incluso aquellos pocos bienes que reportan recursos, estos son aplicados a fines culturales (res­tauración de patrimonio) o a los fines propios de la Iglesia, entre los que destaca la ayuda a pro­yectos sociales.

Las cuentas de la Iglesia son opacas — FALSO

Ser transparentes es uno de los compromisos de la Iglesia cató­lica. Algo que se ve reflejado ca­da año en la correspondiente memoria que edita la Conferen­cia Episcopal Española y que supone un gran ejercicio de rendición de cuentas. La Iglesia explica con claridad qué se ha realizado con el dinero de los ciudadanos que han elegido marcar libremente la casilla de la Iglesia en su declaración. Por eso, la memoria anual recoge al detalle cuál es la cantidad definitiva que asignaron a la Iglesia los contribuyentes en el último ejercicio fiscal. Y, más allá de cifras, la memoria también cuenta qué es la Iglesia y hasta dónde llega con los recursos que tiene. Desde 2011, toda esta contabilidad se somete a una exhaustiva revisión externa, que realiza una de las grandes consultoras independientes de nuestro país. La Iglesia, además, firmó en 2018 un acuerdo de colaboración con Transparencia Internacional en el que se plasman por escrito sus compromisos en este ámbito.

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