Na madrugada deste día falecía D. Camilo Paz Valverde. Descanse na paz do Señor Resucitado. A velación será mañá venres 17 ás 10:00 hrs na Igrexa Parroquial de Porriño. A Misa exequial será no mesmo lugar e día ás 12:00 hrs.
SERVICIO MINISTERIAL
IN MEMORIAM – Ángel Carnicero Carrera
¡Camilo Paz, sacerdote del Señor! Decirte adiós me llena de pena y tristeza. Pero recordar nuestra historia, la que Dios ha escrito a través de nuestra amistad, me reporta un gozo y una gratitud mucho mayores.
Somos los dos porriñeses y sacerdotes. En lo segundo tú has tenido muchísimo que ver. ¡Sólo el Señor sabe cómo has colaborado en su obra conmigo! Lo hiciste, como eres tú, creyendo que en el detalle, en la caricia y en lo cotidiano el Señor se mueve y se manifiesta con especial luminosidad. Bajaste conmigo a mis pozos de miseria, a mis abismos más oscuros, cogiéndome de la mano y susurrándome que Dios es Amor, que su Perdón se celebra y que siempre hay futuro pese a las oportunidades que nosotros nos empeñamos en desaprovechar. Me visitabas en el Seminario llevándome la agenda bíblica o un libro que sabías me podía ayudar. Mantenías las puertas de tu casa, con Nina, siempre abiertas para mí, acogiéndome como a un hijo siempre esperado.
El Padre me ha regalado compartir contigo muchos momentos en estas últimas semanas de dura prueba para ti. Nos cogíamos de la mano, rezábamos una ave maría, celebrábamos las Vísperas, cantábamos los himnos, etc. Insistía en decirte que te quería, necesitaba que lo supieras, y tú con esa generosidad tan tuya, me decías: “eso hace tiempo que lo tengo claro”.
Espérame en el cielo, yo ya deseo el reencuentro. Mientras no llega, intentaré custodiar la herencia que me has dejado: tu potentísimo testimonio sacerdotal, tu vida entregada, tu bondad que tanto me ha ayudado a intuir y a saborear la de Dios. ¡Déjate abrazar por el Padre Bueno y, en Él, abrázanos a todos! Canto contigo un Gloria cargado de verdad y de razones. Bastará hacer memoria de ti, para ponerme de pie y seguir caminando, tratando de hacer de mi vida un reflejo de la tuya: una caricia de Dios para los demás.
¡Descansa! ¡Tienes muchas horas pendientes de sueño! ¡En el regazo de la Virgen Madre ya no habrá espacio para el insomnio que te ha acompañado toda tu vida! ¡Reposa en Ella! Y sin el horizonte de la playa de Panxón, con diez años, el Señor te llamó, ahora sin duda, podrás vivir para siempre en el océano eterno del amor divino!
¡GRACIAS, CAMILO! ¡GRACIAS, PADRE!
IN MEMORIAM – Avelino Bouzón Gallego
En las primeras horas del día de la fiesta de la Virgen del Carmen (16 de julio) falleció en el Hospital Álvaro Cunqueiro el sacerdote D. Camilo Paz Valverde, a la edad de 88 años. Don Camilo, así era conocido popularmente, ha despertado enorme simpatía y aprecio entre los compañero de presbiterio y en las muchas personas que lo trataron. Tenía siempre a flor de labios una sonrisa agradable y palabras amables; especialmente era admirado como excelente organista y compositor. Entre sus obras musicales debo mencionar el himno que compuso con la letra de los Gozos de San Bartolomé para cantar durante la novena y la fiesta del 24 de agosto en la parroquial de San Bartolomeu de Rebordáns.
Don Camilo nació en Porriño el 24 de enero de 1932. Su padre Camilo trabajó en la farmacia de Carrera, en los tranvías de Porriño y, por último, abrió la libraría y la expendeduría de tabacos. El matrimonio tuvo 10 hijos (dos de ellos fallecieron recientemente de coronavirus), todos recibieron una esmerada formación humana, en un hogar con un ambiente profundamente religioso.
Don Camilo contaba una anécdota muy significativa. Cuando tenía solo 5 años, acompañó a su padre y a D. Javier Alonso Viriato, maestro de Torneiros, a Portugal para comprar un piano. Indica D. Camilo que, quizá porque D. Javier se había casado en Tui, fueron a visitar al obispo de la diócesis, monseñor D. Antonio García y García. Cuando él se acercó para besarle el anillo el obispo lo cogió en brazos y le preguntó: “Qué quieres ser de mayor”. Él respondió: “Obispo como tú”. Recuerda que el prelado comentó: “Seguramente le gustan los colores de la sotana filetata”. Pasaron unos años, y el Vicario General del Obispado y Arcediano de la Catedral, D. Lorenzo Miguélez Domínguez, disfrutaba de unos días de descanso en Porriño con el párroco D. Enrique Aldir Bernárdez. Una tarde, después del rezo del Rosario, salieron a pasear, y D. Camilo los acompañó. D. Lorenzo Miguélez comentó al párroco: “Había un niño de aquí que un día, en el palacio, a la pregunta del obispo “qué quieres ser de mayor”, él respondió “obispo como tú”. Entonces intervino Camilo: “Ese niño era yo”. Como continuase explicando que había hecho el primer curso en el Seminario, D. Lorenzo le preguntó qué notas había sacado, a lo que el interrogado contestó: “Todas sobresalientes”. Repuso el Vicario General: “Empiezas bien para ser obispo”.
El 26 de junio de 1955, Don Camilo recibió la ordenación sacerdotal en el convento de las Clarisas de Tui (Las Encerradas) con otros siete compañeros. Desempeñó numerosos cargos en la Diócesis: Consiliario Diocesano de Acción Católica, coadjutor y organista de Santiago de Vigo, beneficiado organista de la catedral de Tui, ecónomo de la parroquia de San Juan de Ávila (Vigo) y ecónomo de Guillarei, asesor religioso del Colegio Público de Sanguiñeda, párroco consultor, etc. No puedo dejar sin mención su trabajo en el Archivo de la catedral de Tui, a donde acudió un día a la semana durante una decena de años para colaborar en la clasificación del fondo musical. El resultado fue la catalogación de más de 30.000 partituras.
Características destacadas de su personalidad fueron la gran discreción y la exquisita finura en el trato, manifestación de un profundo respeto con todos. En cuatro cursos que me dio clase de música, recibí esta impresión imborrable: a los muchos alumnos que cantábamos las lecciones de solfeo con él al piano, jamás tuvo una palabra o un gesto despectivo con aquellos que tenían un oído tan malo que, según dijo alguien, en una orquesta sólo distinguían el sonido del bombo.
Su perfil como sacerdote y como profesor de música fue siempre eminentemente formativo y alentador. Verdaderamente, Don Camilo fue un hombre de paz, según expresa su primer apellido. ¡Virgen del Carmen, puerto seguro de salvación, acoge el alma de tu hijo Camilo Paz Valverde!
Avelino Bouzón Gallego
Canónigo archivero de la catedral de Tui y párroco de San Bartolomeu de Rebordáns