Adrián González tiene 26 años y, como voluntario de la delegación diocesana de Manos Unidas en Vigo, dedica tiempo a la realización de talleres de Educación para el desarrollo. Durante este verano de 2023, Adrián ha participado en la primera experiencia «Abriendo fronteras», titulada «Jóvenes de Manos Unidas abriendo fronteras. Migraciones, sueños y dignidad humana», que le ha permitido viajar a Almería, Nador (Marruecos) y Melilla para conocer de primera mano la realidad migratoria a nivel nacional e internacional con la que trabaja esta ONG de desarrollo de la Iglesia católica realiza sobre el terreno.
Adrián se siente afortunado de haber podido participar en esta experiencia que define como intensa, pero instructiva: «lo más impactante fue la primera parte, la de Almería, sobre todo, el viaje al barrio del Puche. No me hacía a la idea de que tan cerca, es decir, que en un día en coche me puedo poner en lo que para mí era “el corazón de la desigualdad”. Me contrastó mucho también ver el optimismo en una situación tan desesperada». Para este joven vigués, Manos Unidas ha sido el espacio en el que su fe y su interés por la lucha social se entrelazan; en este sentido «Manos Unidas fue el primer sitio donde esas dos cosas se podía dar la mano y trabajar juntas, para alcanzar un objetivo común».
«Abriendo fronteras» es la primera actividad que se enmarca dentro de la «Estrategia con jóvenes» de Manos Unidas y que apuesta por acercar a las nuevas generaciones el trabajo que la organización realiza en el terreno. En concreto, este proyecto en el que han participado nueve jóvenes ha sido desarrollado por el departamento de Campañas, Incidencias y Trabajo en Red de la organización.