Con motivo de la Visita ad limina que comenzó el pasado domingo, ayer por la mañana, el papa Francisco recibió al obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro Fiuza, en una audiencia común con el resto de obispos de las provincias eclesiásticas de Galicia, Oviedo, Burgos, Zaragoza, y Pamplona y Tudela.
Mons. Luis Quinteiro ha calificado la audiencia como un “momento hermoso, en el que nos hemos encontrado con un padre lleno de cariño, que nos ha mostrado a un hombre valiente, sin miedo a nada; una persona que nos ha invitado a abrir nuestra vida, a entregarnos”.
Los obispos de la Iglesia católica suelen realizar la Visita ad limina cada cinco años —la última fue en 2014— con el objetivo de venerar los sepulcros de los santos apóstoles Pedro y Pablo, y de ser recibidos por el Papa, a quien presentan un informe de estado de cada diócesis.
Los orígenes históricos de la Visita ad limina Apostolorum (expresión que significa “a los umbrales – de las basílicas – de los Apóstoles, San Pedro y San Pablo”), datan del siglo IV aunque fue el Papa Sixto V en 1585 quien la institucionalizó y dispuso de modo más sistemático.
