«Nuestra Iglesia es consciente de que sois una enorme gracia para nuestra revitalización», así se expresó el obispo de Tui-Vigo, Mons. Luis Quinteiro en la eucaristía que presidió, el domingo 25 de septiembre, en el templo parroquial de Santo Tomé de Freixeiro, con motivo de la 108º Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que la Iglesia celebró bajo el lema «Construir un futuro con los migrantes y los refugiados».
Al hilo del lema de este año, Mons. Luis Quinteiro recordó que «hoy, los migrantes sois una gracia de Dios que nos ayuda a cambiar, a ser más humanos, a tener entrañas de misericordia, a estar cerca de los que nos necesitan. Sois una riqueza para nosotros en todos los sentidos, pero, en especial, en el ámbito espiritual». Así, el prelado de Tui-Vigo agradeció la presencia de todas las personas migrantes y refugiadas, al tiempo que lanzaba una petición a todas las parroquias de la diócesis para que «se abran» a la acogida y compartan esta gracia porque, en palabras del obispo, «es importante queridos hermanos y hermanas inmigrantes que os sintáis en casa. Esta es vuestra casa».
En el momento de las ofrendas, la comunidad migrante de la diócesis puso ante el altar, junto al pan y el vino, diversas banderas, como símbolo de su origen y identidad; flores, como símbolo de la creación, de la casa común, que se contempla y preserva; y una cesta con frutas y verduras naturales de los países de los diferentes miembros de la comunidad migrante, como símbolo del trabajo, el esfuerzo y la dedicación.
A la eucaristía también asistieron algunas personas ucranianas católicas y de la comunidad ortodoxa presente en nuestra diócesis que participaron de la celebración con el rezo del padre nuestro en ucraniano.
Tras la celebración de la eucaristía, las familias y personas migrantes que así lo desearon acudieron a las instalaciones del colegio Jesuitinas-Miralba, para compartir un momento de confraternización, con música y juegos para los más pequeños.
